Si bien en los negocios queremos satisfacer una necesidad, ya sea con productos o servicios, la vestimenta que elegimos para estos fines contribuye a nuestro éxito. En este contexto, existen varios puntos que garantizan este triunfo en nuestra área profesional.
En primer lugar, debemos de conocer nuestro producto o servicio: ¿a quién va dirigido?; ¿qué representa para sus clientes?; ¿cuál es su importancia?… Sin entrar en muchos detalles, hay vestimentas que asociamos mentalmente con un determinado producto o servicio. ¿Cuáles zapatos de mujer serán los ideales para vender aceite de cocinar o una sesión de meditación? De ahí, radica la importancia de hacer consciencia de su nicho de mercado y su producto.
El segundo punto importante es que -en los negocios- las actividades cotidianas son diferentes y persiguen objetivos distintos. Para la misma comercialización de un producto se puede realizar un desayuno de negocio entre pares, una visita rutinaria a clientes, un día de trabajo en la oficina o una conferencia en otro país. Ante esto, es recomendable que adapte su vestimenta a cada ocasión; esto testificará de su profesionalismo.
Por otro lado, el tercer punto consiste en recordar su papel en cada momento de negociación: ¿cuál es su rol?; ¿es un invitado especial?; ¿recibirá un premio?; ¿es el anfitrión?… Todas estas preguntas hay que formularlas para definir el nivel de sobriedad o no en su vestimenta, porque un aspecto importante en los negocios está en lo que comunicamos. Es por esto que evitaremos todo elemento que pueda crear un ruido, por ruido entendemos cualquier elemento que permita que su interlocutor internamente genere conversaciones ajenas del tema que se está debatiendo. Aquí aplica el principio del menos es más o, mejor dicho, la necesidad de un atuendo balanceado.
Y, en cuarto lugar, el uso abierto de marcas e insignias requiere de cierta discreción, ya que el uso demasiado agresivo de logos de distintas casas de moda, sean originales o falsificados, envía un mensaje negativo a los demás. Ante esto, se recomiendan las versiones discretas de las piezas. Por ejemplo, en la marca Chanel, podemos encontrar lentes con la insignia muy llamativa, al igual que otros donde sea tan discreto que ni se note.
Por último, hablemos de la dosis de maquillaje y la pintura de las uñas. Estos accesorios, en su expresión clásica o poco elaborada, reflejan mayor preparación profesional y agregan más poder a la imagen de quien los luce. Sin embargo, un exceso en el maquillaje y en el diseño de las uñas revelan carencia intelectual y poca seguridad para la función que se está ejerciendo.
En conclusión, conocer nuestros productos o servicios, al igual que nuestro nicho de mercado; estar preparado para cada circunstancia y nuestro papel en cada actividad; ser sobrios en la vestimenta y los accesorios, procurar ser moderados en el uso de marcas comerciales… Todo esto nos ayudará a asegurarnos que la comunicación sea fluida y que nuestra vestimenta sea un aliado para garantizar grandes éxitos.